De origen japonés, este ritual simboliza la unión de los corazones de la pareja.
La leyenda dice que el abuelo de la luna, baja todas las noches a conocer a los recién nacidos y atarles un hilo rojo a uno de sus meñiques. Este hilo podrá enredarse, estirarse o aflojarse. En el otro extremo del hilo se encuentra aquella persona con la que tienes esa unión ineludible y el hilo rojo te llevará a ella de una u otra manera, a su tiempo.
Esta leyenda de la cultura japonesa y china, asegura que las personas están unidas por sus meñiques con un hilo rojo invisible e indestructible. Presente desde el nacimiento, este hilo rojo une a los amores profundos y únicos, aquellos que no tienen antes ni después.
Interesante:
En el dedo meñique se encuentra la arteria ulnar que conecta directamente con el corazón.
El corazón se reconoce como la fuente de la vida y el hogar del amor.
A diferencia de la cultura oriental, en la antigua Grecia se creía que el dedo anular conectaba al corazón, razón por la que los enamorados eligieron este dedo para portar un anillo como muestra de su amor.
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